Hoy invitamos a, Ana Dolores Verdú, antropóloga y especializada en estudios de género e Israel Celi Toledo, abogado y master en derecho constitucional.
Es importante conversar sobre la violencia, ya que constituye un problema de salud pública, la OMS indica que 1.4 millones de personas en el año mueren por causa de la violencia, y otros quedan con lesiones. En Ecuador 1 de cada 4 mujeres ha sufrido maltrato, esto hace pensar que algo estamos haciendo mal, debido a que existe un marco constitucional para la protección. Es así que se busca colaborar con este problema desde muchos aspectos e incluso incorporando políticas públicas que puedan ayudar con este tema.
Israel Celi manifiesta que: “se requieren 64 millones de dólares para ejecutar política que combatan la violencia de género, sin olvidar que contamos con leyes casi en todos los campos que se necesiten, pero en la práctica no se cumple”. La voluntad política juega un papel importante entendiendo que no es solo de un individuo sino de todas las élites políticas que se encuentran de turno.
El ministerio de educación se debería fortalecer para trabajar estos temas de violencia en las escuelas y colegios a través de campañas y diferentes acciones, apoyados del MSP para la atención médica y psicológica, sin embargo, al parecer falta mucho por acciones sociales que no se toman en cuenta.
Algunas asociaciones y colectivos están de acuerdo con los cambios que se necesitan, pero muchos de ellos no son escuchados y no se les presta atención, más aún cuando no hay el presupuesto para ejecutar las políticas. Pero como dice Verdú, “no se necesita mucho presupuesto para cambiar, ya que la educación desde la primaria puede generar cambios culturales y mejorar procesos sociales”.
Hay que darles libertad y autonomía a los jóvenes para que puedan expresar los inconvenientes sociales, más aún cuando están directamente involucrados en estas problemáticas. Así mismo hay que considerar los obstáculos que se presentan, uno de ellos es la lucha de ideologías y aprender a solucionar conflictos, empezar a madurar democráticamente, respetando al otro en varias formas.
En algunos países de Europa y el mundo, reaparecen “valores” machistas, patriarcales y sobre todo personas que apoyan estas prácticas, así mismo las personas apoyan el odio la xenofobia, los grupos feministas, haciendo pensar que estos grupos minoritarios son responsables de todo lo que pasa. Confundiendo que estos grupos traen problemas y olvidando que la sociedad y las políticas mal ejecutadas son las que causas las verdaderas inconformidades.
“Somos una cultura violenta, que conserva una idea medieval del ojo por ojo y diente por diente, es así que el problema no solo es la élite gubernamental sino parte de la población. Empezando por la familia, la escuela con un mal sistema educativo, sigue en diferentes espacios justificando que sólo existe violencia cuando se le pega a la mujer o la pareja” dice Celi.
Desde los medios de comunicación se debe transformar el mensaje para que llegue al público de manera efectiva, debido al rechazo que tienen diferentes grupos sociales y los escándalos que se presentan en el mundo machista, buscando el cambio generacional y lo que estos puedan aportar.
Si hablamos de cultura política, podemos indicar que hay factores que nos invitan a la violencia, más aún en sociedades como la nuestra, ya que anticipadamente se busca controlar la mente y el cuerpo de una mujer, existen personas dogmáticas con ciertas creencias, que juzga a los demás y no se juzgan a sí mismos, son personas autoritarias que tienen estereotipos y rasgos ilógicos, manifiesta Celi.
Es importante la formación crítica en los jóvenes para entender la nueva sociedad y cambiar algunos paradigmas impuesto años atrás, así como enseñar a los hombres y mujeres ¿qué es ser masculino y qué femenino?, esto gracias al aporte de académicos y personas que estudian la realidad de la violencia como un tema para cambiar y sumar acciones en el mejoramiento de la sociedad.